(este era el blog de berta, y acá suelo escribir lo que me viene en gana, sobre el claun. alguna vez fui ute y fui berta. algunos conocen la historia, otros no. ahora soy Una, finalmente. pero no puedo unificarme en todos los sentidos. en mí la unidad tiene que ver con permitirme la pluralidad. el amontonamiento)

viernes, 5 de octubre de 2007

amontonamiento.

en medio de ese amontonamiento de payasas descubrí que yo misma soy un amontonamiento de mujeres, no siempre consistente o uniforme.
mi unidad sólo tiene lugar cuando me permito la variedad.
soy como ese postre que consiste en la degustación de todos los postres.
cada vez que veo una caja de bombones me desepera el hecho de que no voy a poder probarlos todos. no quiero comerlos todos, pero sí saber como sabe cada uno.
sorprenderme. eso quiero. todo el tiempo.
entonces, ahí, entre tantas mujeres tan diferentes, identificándome con muchas a veces, no tanto con otras, otras veces -me gustaran o no-, necesitando de esas energías a veces opuestas entre sí, me dí cuenta (o más bien se me metió en el cuerpo) que yo soy una hecha de muchas.
y soy un constante intento fallido de orden. mi mochila tiene cien bolsillos, siempre creo que separando las cosas en cajones diferentes voy a poder ordenarme. siempre necesité el orden, un orden particular, una clasificación de cosas. y los criterios podían ser de lo más variados y cambiar a cada momento. un día ordenaba por colores. otro por texturas. otro por títulos. otro por instinto.
por eso tuve alguna vez dos y hasta tres payasas. necesité separar mis partes, darles un cuerpo propio, diferente. profundizar en cada una, para después unirlas.
no está mal. no estuvo mal. son procesos. y disfruté mucho cada uno de esos momentos.
ahora sé que yo soy todas esas partes. o que todas esas partes son yo.
lo entendí y abrí la puerta.
sin miedo a quedarme en la superficie.
profundizar en la sorpresa constante. en el cambio. en cada una de las partes en particular.
no sé cómo. pero allá voy.
splash!

AHORA SOY UNA.

1 comentario:

Sabúl dijo...

¡fa!

Nuestra mente, nuestra alma partida en mil pedacitos.

Tal vez esa sea la solución... encontrar cada uno, explorarlo, escarbar a fondo en todos ellos, hasta llegar a través de cada camino al mismo lugar. Al que es verdad.

¿será así?

Por suerte me queda todo el tiempo del mundo para encontrar lo que sea que éste impulso me invita -me obliga- a buscar.

Uno se percibe a si mismo como miles. Todos los demás sólo ven Uno. Creo que ese es el pegote. Todos los demás.

No se, no se, las palabras siempre suenan tan lindas que me resulta sospechoso. Me cuesta confiar en ellas.

Pasaba por aca, y de pronto tuve algo que decir.

Un abrazo.

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